sábado, 27 de noviembre de 2010

El elefante sin rumbo (generación nini).


En los dos últimos años, en mis visitas a Europa, he oído hablar de una llamada generación ni-ni. Y como lo mío es hablar de Africa, y lo de las generaciones ni-ni probablemente me venga algo grande, me apetece contar la historia de un elefante joven.

No hace demasiado tiempo, en el marco de un proyecto de repoblación, se llevó un elefante jovencito a un parque. Estas repoblaciones son carísimas y dificultosas; Hay que tener en cuenta muchos factores, adaptación, ecología, estrés, enfermedades, nuevo entorno, y un sinfín de variables que se escapan a veces de las manos. En ésta ocasión, ocurrió lo inesperado. Al poco de la introducción del nuevo inquilino, apareció un rinoceronte blanco muerto a colmillazos. Al cabo de unos días, se oyó a otro rinoceronte bramar y gritar de dolor cerca de un campamento. Una patrulla de rangers salió rápidamente, encontrando al elefante atacando a un rinoceronte hembra en la orilla de un pequeño lago. Cuando acabó con ella, se lanzó a por la cría, que afortunadamente pudo huir. El joven elefante volvió al cuerpo de la madre, comprobó que estaba muerta, y desapareció en el arbolado.

Sabido es que el verdadero rey de la selva, el bosque, y la sabana, es el elefante. Normalmente elefantes y rinocerontes conviven pacíficamente, con las lógicas “grescas” territoriales y de búsqueda y demostración de quién bebe primero y quién se aparta, pero casi nunca llegando a mayores; Los rinos suelen acabar dejando paso prudentemente. Muy esporádicamente puede darse el caso de una pelea abierta, y en este caso normalmente el elefante no tendrá demasiadas dificultades para ganar e incluso herir de muerte al rinoceronte.
Lo que estaba ocurriendo con el joven elefante no era normal en absoluto. Reaccionaba de forma violenta y destructiva, enrabietado, no solo atacando y matando rinos sin razón aparente, sino también causando especial destrucción en el entorno. Y nadie sabía a qué era debido tan extraño comportamiento.
Los rangers estaban controlando muy de cerca al elefante, intentando averiguar la causa de tan extraño comportamiento, cuando un nuevo ataque a un rinoceronte ocurrió; Esta vez el rinoceronte acabó muy mal herido, y se comprobó que el ataque había tenido lugar sin razón aparente.
Al consultar de nuevo con el parque de procedencia del elefante sobre el extraño comportamiento, un viejo ranger, al enterarse de que el joven elefante estaba solo, dijo sin pensarlo dos veces que la solución era tan simple como llevar elefantes adultos junto al joven.
Y así se hizo; Se llevó un elefante adulto al nuevo parque, y automáticamente los ataques a rinocerontes y los comportamientos extraños cesaron. El viejo ranger explicó que al joven elefante se le había privado, de un día para otro, de la imagen, la guía, el arropamiento, las enseñanzas, la disciplina, de los elefantes adultos, que se supone le tienen que enseñar a vivir, a comportarse, a sobrevivir, a convivir con todo su entorno; Desde lo que se come o no, hasta como se cruza un río, o un camino, como se anda en manada, jerarquías muy claras, tareas comunes, vida social (tremendamente rica y complicada en los elefantes), etc.
Han ocurrido otros casos como éste en otros parques, en otros intentos de repoblación. Desgraciadamente, en ocasiones se ha tenido que matar al elefante joven causante de los destrozos. En la mayoría de las ocasiones, al introducir elefantes adultos junto a los jóvenes “sin rumbo”, los extraños comportamientos han cesado y los problemas se han solucionado. Parece que los elefantes adultos tienen claro cómo poner las cosas en su sitio, y los elefantes jóvenes necesitan y están encantados de que así sea.
Científicamente no se sabe con seguridad a que se debe este extraño comportamiento, pero la explicación del viejo ranger parece bastante plausible.
¿Quizás los humanos adultos no lo tengan tan claro ya?
O quizás hablo yo de cosas que no entiendo sobre generaciones ni-ni que me pillan demasiado lejos. Consultaré con la jirafa, que ella sí que sabe.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Una escuela de preescolar (el sueño de Gogo Thishela).

Gogo thishela significa literalmente “abuela profesora”, y es así como la mayoría de los niños la llaman.

Era profesora, trabajaba para el gobierno, y cuando se jubiló, pensó que todavía tenía mucho que aportar y además quería construir una casa para pasar los últimos años de su vida.

La paga de jubilación que recibe no da para mucho, pero Gogo Thishela es una mujer africana; Expuso su proyecto al jefe de la zona donde vivía, y éste le asignó un trozo de tierra, pequeño pero bien situado.

Gogo Thishela se puso manos a la obra; Su sueño consistía en organizar una pequeña escuela que funcionara a la vez como preescolar y guardería, así que con estacas y alambre delimitó la tierra que el jefe le había dado, fabricó ladrillos de barro con los que construyó una pequeña casita de una sola habitación, le puso un techo de uralita, construyó detrás una cocina con paredes hechas de palos y barro, consiguió una pequeña mesa y alguna silla, una vieja alfombra para aislar los pies del frío del suelo, algunos libros y cuadernos usados, y empezó con sus clases de preescolar.

La pequeña casita de una sola habitación tiene una puerta y dos ventanas. No medirá más de 15 o 20 metros cuadrados, pero a ella le ha bastado para empezar con las clases y vivir en ella; Una cortina separa una pequeña parte donde guarda su esterilla y colchoneta de goma espuma de dormir (en el suelo), y sus ropas y efectos personales. La mayor parte de la pequeña casita se dedica a espacio para los críos.

No tiene agua corriente y mucho menos electricidad. Se alumbra con velas y lámparas de parafina, cocina con fuego de leña en el pequeño cobertizo que construyó, va a recoger agua en cubos para fregar y bañarse, prepara comida para ella y los niños, cuida de unas pocas gallinas, y sobre todo, sobre todo sigue dando clases, sigue enseñando, que es lo que a ella le gusta.

Gogo Thishela está contenta porque con palos cogidos en el monte y alguna ayuda ha conseguido construir unos columpios para disfrute de los críos.

Gogo Thishela se baña a la intemperie, si quiere templar un poco el agua la calienta en un fuego de leña, cuando llueve se moja cocinando o come frío, se alumbra con velas, el agua que usa la acarrea sobre su cabeza, y está contenta porque ha conseguido construir una pequeña letrina para uso de ella y los niños.

Gogo Thishela sonríe a menudo y tiene luz en su cara.

A gogo Thishela todavía le quedan arrestos para sacar adelante a algunos de sus pequeños nietos que viven, comen y duermen con ella en la pequeña casita-escuela.

Gogo Thishela parece no cansarse ni enfadarse nunca.

Gogo Thishela es una mujer africana.

Abuela Profesora, cuánto tienes que enseñarnos…



domingo, 1 de agosto de 2010

Y vengo.

Cuando dejé “Voy”, nunca pensé que tardaría tanto en llegar “Y vengo”; Diversas causas han llevado las cosas por recodos inesperados. Estando en Europa tuve pocas ganas de bloggeo (propio, digo, porque sí que disfruté del ajeno), y al volver a Africa me encontré con un mundial en Sudáfrica que nos dejó a los países que dependemos de ella para comunicaciones (y tantas otras cosas) con muy poquitas posibilidades. Así que comidos sin demasiado provecho todos mis bits de Junio y Julio, ha sido larga la espera para que por fin Agosto llegue, con mi remesa nuevecita de bits, y poder volver al bloggeo.

Durante este tiempo preparé algunas entradas, sobre vacaciones en Europa, etc, que ahora no me siento con ánimos de poner, debido a la pérdida de unos amigos aquí en Africa que nunca se debieron ir, por lo menos no ahora. Dejo éste tema para una próxima entrada.

Así que en un corto resumen, dejo alguna foto de cosas que disfruté de una forma especial en mi vista a Pamplona; Este año no correteé arriba y abajo como acostumbro, debido a necesidad de descanso y calma por un lado y especialmente a que era momento de estar en compañía de mi familia el mayor tiempo posible.
Y lo que más disfruté desde luego, fue de la pandilla de buntfu que tuve la suerte de abrazar, y otros a los que no pude abrazar pero aturré con largas conversaciones gracias a las nuevas tecnologías sin dependencias lechúcicas.

Hacía varios años, como siete más o menos, que no veía a los gigantes de Pamplona; solo son visibles en San Fermín y ocasiones muy señaladas; Pues dio la casualidad de que este año se cumplía el 150 aniversario de su construcción por Don Tadeo Amorena, y durante las semanas que pasé en Pamplona, fueron visitando los diversos barrios de Pamplona durante los fines de semana. Cuando vinieron a mi barrio, quedé con un grupo de amigos para verlos. Y fue tal la emoción, disfrutar de sus bailes, los gaiteros, kilikis, zaldikos y cabezudos, que me perdí de mis amiguetes, embobado siguiendo a los gigantes. A la hora de comer, los gigantes montaron en su camión, y me reencontré con los restos de amigos que habían aguantado hasta el final, especialmente con sisi, con la que disfruté luego de una agradable comida y laaaarga sobremesa (creo que todavía está tomando aspirinas). Hay que explicar que muchos pamplonicas tenemos un gran cariño por estos gigantes, que constituyen una parte de las famosas fiestas muy desconocida pero muy especial y de alguna forma íntima y entrañable para nosotros.

Camion (WinCE)

El paraje de Oianleku era desconocido para mí. Mi amiguete Mikel sabe bien que una de las mejores formas de levantarle la moral al que escribe es llevarlo a pisar hierba, a ver verde, corretear por el monte; Y en una corta visita de fin de semana a su tierra, se encargó de ello. Me llevó a ver el crómlech de Oianleku, supongo que por si acaso es cierto, sus efectos mágicos hicieran también su trabajo. Lo que sí tuvo magia desde luego fue la subida, en uno de esos días guipuzcoanos de densa niebla, que se pega al musgo de los árboles (hola leo), el olor de la hierba empapada, la compañía, el reencuentro con esos montes que tanto me gustan, hicieron un día muy especial (lo que pueden llegar a dar de sí unas zapatillas de 10 Euros…). El monte Urgull, La Concha, la isla, todo sigue en su sitio, y fue un placer disfrutarlos de nuevo.

Y, por no alargarme, tantas otras pinceladas que hacen de las visitas a Europa algo esperado, disfrutado y querido; y la palabra buntfu adquiere toda su dimensión.

De vuelta en Africa, el invierno austral, época seca aquí, me deleita con unos preciosos días de cielo azul intenso, sin una nube, agradables temperaturas diurnas, y noches frescas que se disfrutan al calor de la chimenea.

Un gran abrazo para toda la pandilla de buntfu de allí.

lunes, 22 de marzo de 2010

Voy.

Esta entrada quiere ser sólo un simple adiós y un hola.
Sigue completamente vigente la entrada anterior ¿Animistas? (II)
para quien desee comentar algo (o cualquier otra entrada, por supuesto).

Eso, que voy a pasar unas semanitas a la vieja Europa.
Ha sido un año un poco de locura, con muchas sorpresas, eventos, sucedidos, retos, líos y deslíos, así que hay ganas de descansar y cambiar un poco de aires. Y hay ganas sobre todo de abrazar a familia, amigos y conocidos.

Pasar rato con la familia, pisar un poco de asfalto, ir al cine, pasear por viejas calles conocidas, corretear un poco arriba y abajo visitando amistades y lugares, disfrutar de todo ello; Llevo pocos planes (algunos sí), como de costumbre, la mayoría saldrán por sí solos. Y esas semanitas se pasan volando.

No sé que será del plog durante éste tiempo. Es uno de los planes que también está sin planear; Irá saliendo.

Ya empecé las despedidas hace bastantes días; Hamba kahle (vete con bien) me dicen, y salani kahle (quedaos con bien) respondo; Casi siempre hay alguien que me pregunta si volveré; Sí, siempre vuelvo; siempre vuelvo aquí; y siempre vuelvo allá. Tantas despedidas dejando tantos kilómetros de por medio me entristecen un poco; a veces tengo la sensación de pasarme la vida despidiéndome; O quizás demasiados ojos inquisitivos. Pero fui yo quien eligió esta vida, nadie me empujó, así que no vale quejarse.

Hasta pronto Africa. Hola Europa.

miércoles, 17 de marzo de 2010

¿Animistas? (II).

La religión tradicional Swazi pasa por la creencia en un ser supremo, al que se le llama Mvelinchanti o Mkhulunchanti, y una buena forma de describir como ven los Swazis a ese ser supremo es traduciendo estos nombres.
Mvelinchanti: “M-“ es pronombre personal en forma singular para personas, no animales o cosas; “-Veli-” viene del verbo “-vela-“, que significa “aparecer”, “venir” o “ser”; “-nchanti” significa “antes que otros”, “primero”.
Mkhulunchanti: “Mkhulu-" significa anciano, abuelo, así que en este nombre tendríamos al bisabuelo del que descienden todos los demás.
Este ser supremo es pues único (monoteísmo), existe como algo vivo y físico, no fue creado o nació, sino que apareció, se hizo a sí mismo de la nada, y existía mucho antes que ninguna otra cosa existiera. Es un ser bueno, y espera que sus criaturas también lo sean, y vivan buenas vidas. Es el creador de todo lo que existe, fuente, dueño y sostén de todo, así como también destructor, y castiga los malos actos con enfermedades, sequías, esterilidad, etc.
En tiempos remotos, Mvelinchanti vivía en Swazilandia (los swazis relatan la existencia de una piedra con la huella de su pié), y al finalizar su obra creadora se fue a vivir al cielo.

Es creencia Swazi que Mvelinchanti es demasiado importante como para preocuparse del día a día de los hombres y sólo en ocasiones importantes actuará por sí mismo. Y de la misma forma, los swazis difícilmente se dirigen a él directamente. La mayor parte de la comunicación (en ambos sentidos) se realiza a través de intermediarios. Los swazis pueden adorar a Mvelinchanti, y veneran a una serie de intermediarios entre los que juegan papel principal los ancestros (emadloti).
Los Cristianos adoran a Dios, musulmanes a Allah, Judíos a Yavé; en cada una de estas religiones es la expresión del Ser Supremo, y todas ellas tienen también seres espirituales a los que se da un reconocimiento especial y se usan en mayor o menor medida como intermediarios; santos y mártires para Cristianos, ángeles y profetas en el Islam, y ancestros en la religión swazi.

Existe un intermediario especial (como lo sería por ejemplo la Virgen María para los Cristianos) llamado Mlentengamunye, que significa el de una sola pierna. Es considerado el mensajero principal de Mvelinchanti; Suele aparecerse a los hombres entre la bruma de una montaña, y como su nombre indica, sólo se le ve una pierna, nunca el resto del cuerpo, que permanece oculto por la neblina. Algunos swazis piensan que en realidad Mlentengamunye es el mismísimo Mvelinchanti, y se dice que hizo su última aparición en tierras swazis en tiempos del rey Mbandzeni (1875-1889).

Los ancestros juegan un papel importantísimo. Los más antiguos, de los que no se recuerdan nombres y pueden considerarse ancestros del clan o de la nación, son los más importantes, y los ancestros familiares, de los que se recuerdan los nombres, son mas para el día a día y los problemas u ocasiones más triviales. Por medio de ellos se pide ayuda a Mvelinchanti cuando hay problemas, consejo ante la duda, y se le da gracias también por las cosas buenas.
Los ancestros pueden aparecerse a los hombres, normalmente en forma de serpiente, así que en muchas ocasiones, cuando una serpiente aparece en alguna casa en zonas rurales, se la deja estar (manteniéndose prudentemente apartado) sin dañarla, hasta que decide marcharse por sí misma, pensando que se trata de un ancestro de la familia; En estas ocasiones, se consultará a un sangoma (sanador tradicional) para intentar averiguar el porqué de su visita.

La religión swazi está llena de rituales para todo tipo de ocasiones, desde el nacimiento hasta la muerte, incluso en las cosas más pequeñas de todos los días un swazi puede observar ciertas normas o proceder debido a motivos religiosos, de forma que la religión y espiritualidad acaba llenando todos los aspectos de la vida.

Recuerdo una ocasión en que llevaba en mi coche a una amiga Swazi; Hacía bastante calor, ella sentada en el asiento del copiloto con su bebé de un mes en brazos y yo conduciendo. Como de costumbre, especialmente con los niños todavía bebés, lo llevaba envuelto en mantas de forma que solo se podía entrever la nariz. Debido al calor, en un momento dado le aparté un poco la manta que le envolvía la cabeza y cara. En pocos segundos mi amiga se dio cuenta y lo volvió a tapar cuidadosamente. Lo volví a destapar, y ella lo volvió a tapar mirándome con cara de pocos amigos. Le dije que el crío se iba a asfixiar de calor, a lo que me respondió muy seria que dejara en paz la manta, y que llevaba el tiempo suficiente en swazilandia como para saber perfectamente que en una calle donde anda tanta gente puede haber muchos malos espíritus, y hay que apartar al bebé de su vista para que no lo enfermen o le hagan daño alguno.

Cultura y religión están íntimamente unidas, véase la ceremonia Incwala por ejemplo, y es Mvelinchanti quien marca y preserva en último término todos los hechos culturales y las leyes tradicionales swazis. También es el autor de las leyes y el orden natural, y son los ancestros los principales encargados por Mvelinchanti de que ese orden social y natural sea debidamente observado y respetado.

Mitos, leyendas, objetos sagrados, tradición oral, rituales, símbolos, proverbios, lugares y arte, todo ello forma parte de esa unión íntima entre cultura y religión.

Sangomas e inyangas (sanadores tradicionales), además de excelentes herboristas, hacen de médicos, doctores, psicólogos, consejeros, y son los especialistas en comunicarse con ese mundo de los espíritus; Conozco personalmente a algunos, y sus conocimientos sobre las propiedades medicinales de las plantas rebasan toda mi imaginación.

Tienen también una gran importancia los poderes místicos. Los swazis creen que Mvelinchanti a dotado con estos poderes místicos a todos y cada uno, pero a algunos les ha dado más, y son ellos los que deben ayudar a la comunidad en momentos de necesidad. Todo swazi tiene tremendo respeto por estos poderes místicos, y se tiene muchísimo cuidado cuando se entra en contacto con ellos. Pueden usarse para bien y para mal. Quién está dotado especialmente con estos poderes y los usa para bien de la comunidad es respetado, admirado y querido, y por el contrario quien los usa para mal es odiado y a ser posible eliminado; La brujería, entendida como mala y dañina (poderes místicos usados para ejercer el mal), es algo muy serio en swazilandia, y la palabra swazi que define a ésta brujería mala ni siquiera debe ser pronunciada si no hay una razón realmente importante. Los poderes místicos buenos se usan para obtención de medicinas, adivinación, bendición, y diversas ceremonias como atraer lluvia por ejemplo. Los poderes místicos malos, entendidos como hechicería, brujería, etc, se utilizan por ejemplo para asesinatos rituales en los que se obtienen partes del cuerpo humano para hacer magia, con diversos propósitos, obtención de protección contra un enemigo, hacer que el negocio vaya mejor, amoríos, fertilidad en personas y animales, etc. Es impresionante como aumentan de forma espectacular los asesinatos en época de elecciones por ejemplo; aparecen cuerpos mutilados, y muchos colegios deciden cerrar antes para que los alumnos tengan tiempo de llegar a casa con el sol todavía alto.

Los swazis saben cuándo llega su último momento en esta vida; Y cuando sienten que van a morir, cortan toda relación con el mundo físico que les rodea, y entran en una especie de trance en el que hablan con los ancestros y Mvelinchanti, preparando su partida de aquí, o más bien su llegada al otro mundo. Recuerdo una amistad que enfermó. Era persona profundamente religiosa, cristiana convencida, fervorosa a su estilo, practicante, y entusiasta por el cristianismo. Creo que su bien más preciado era su Biblia. En numerosas ocasiones gustaba de hablarme de religión e invitarme a su iglesia, haciendo proselitismo con entusiasmo. En el momento en que su enfermedad llegó a su estado final, cortó con este mundo, entró en una especie de trance, y empezó a hablar en siSwati con los ancestros y a aludir a Mvelinchanti, dejando de lado por completo nombres y/o alusiones cristianas.

Cuando decidí escribir algo en este plog sobre la religión tradicional swazi, no pensé nunca que se complicaría y alargaría tanto. Desde luego que al final no quedo nada contento con lo que he escrito, que creo es un pobre resumen que no llega a reflejar ni dar una idea clara de toda la riqueza de estas complejas creencias. Seguro que en futuras entradas habrá ocasión de hablar de diversos aspectos y cuestiones de esta religión.

lunes, 15 de febrero de 2010

¿Animistas? (I).

Una pregunta que los visitantes a esta zona de Africa me suelen hacer a veces es sobre religión. Y la pregunta en la mayoría de las ocasiones es hecha presuponiendo que la religión tradicional de los Swazis es de tipo animista; La gran mayoría de los visitantes piensan que los Swazis son o eran animistas, porque presuponen que es así en general en la mayor parte de las tribus de Africa negra.

No soy especialista en religiones, ni he hecho estudios sistemáticos o investigaciones a fondo sobre el tema. Pero sí me interesa enormemente la cuestión, y quiero dejar una idea de cómo veo yo las cosas, tanto por lo que he podido leer, hablar, comentar y ver viviendo aquí, como por lo aprendido en estudios hechos por algunos autores.

En general, cuando se piensa en Africa y en religión, se tiende a pensar en animismo. Y ese animismo existe, qué duda cabe, pero pocas veces en la forma pura que se imagina, y en muchas ocasiones las religiones ancestrales de las diversas etnias y tribus africanas poco tienen que ver con animismo.

Me centro ahora en Swazilandia como territorio, con los diversos pobladores que ha tenido a lo largo de miles de años, y en la tribu Swazi, perteneciente a la etnia Nguni que se engloba dentro de la gran etnia Bantú.
En esta primera entrega pretendo dar una idea de las religiones y creencias de los diversos pobladores que han habitado estas tierras, y en la segunda me centraré más extensamente en la religión tradicional swazi.

Las gentes que poblaban esta zona de Africa en los últimos miles de años, eran los ascendientes directos de los que conocemos hoy en día como Bosquimanos o gentes San, y por lo tanto, las tradiciones, creencias, y arte de estos Bosquimanos son herencia directa de aquellos antiguos pobladores.
Creían de forma algo vaga e imprecisa en la existencia de un ser supremo espiritual y creador, tienen mitos y leyendas sobre la creación, y conceptos animistas salpican aquí y allá sus creencias.
Su forma de dividir gente y animales era muy diferente a la nuestra. Para ellos, todos somos animales. La diferencia es que algunos animales comen las cosas crudas, mientras que otros las comemos cocinadas. Creían que el hombre no estaba confinado necesariamente a la forma de su cuerpo, sino que en estado de trance, podía transformarse en formas de animales, y luego volver a su forma humana a voluntad.
Creían en la existencia de dos mundos: Éste mundo, el que podemos ver, y el más poderoso mundo de los espíritus, que al fin determina causa y efecto en éste. Los chamanes eran personas con habilidades para moverse entre los dos mundos, e incluso alterar el equilibrio de poder; en momentos de tensión, enfermedades, o sequías por ejemplo, el chamán debe acudir al mundo de los espíritus, averiguar que está causando el problema, y solucionarlo.
Algunas pinturas rupestres bosquimanas se interpretan como verdaderos registros de estos viajes realizados por los chamanes al mundo de los espíritus, para recordar al grupo que quedó atrás qué pasó y porqué.

Hacia el año 400 DC, procedentes de la lenta migración de pueblos bantú de centro y este de Africa, empezaron a asentarse en esta zona grupos de colonos negros. Se desconoce la lengua que hablaban. Trajeron una nueva forma de vida, nuevas costumbres, agricultura, ganadería, fundición de hierro, etc.
Creían en la existencia de dos mundos; El nuestro y el de los ancestros. Creían en la existencia de un único y distante ser supremo, creador de absolutamente todas las cosas.
El mundo realmente importante era el de los ancestros, que era donde se tomaban las decisiones trascendentes, y la gente podía ponerse en contacto con sus ancestros en sueños o utilizando una persona con conocimientos para moverse entre los dos mundos - sangomas (sanadores tradicionales) -, y capacidad para interpretar los deseos de los ancestros entrando en trance para comunicarse con ellos.
Hacia el año 1.200 DC, una segunda oleada de pueblos Nguni acabó por dejar la población bosquimana de estas tierras reducida prácticamente a la nada.

A principios del siglo XIX, hicieron su aparición en estas tierras pobladores blancos de dos procedencias distintas: Los Boers, rígidos calvinistas en busca de tierra para establecer sus granjas y llevar una vida autosuficiente según sus creencias, y los ingleses, en busca de minerales, oro principalmente; Y ambos grupos, dispuestos a exterminar, utilizando justificaciones morales o religiosas, a cualquiera que se interpusiera en el camino para lograr sus fines.
Ambos grupos creían en la existencia de dos mundos, el actual en el que vivimos, y el de la vida eterna, bien sea en el infierno o en el cielo, que nos espera tras la muerte. Creían también en la existencia de un ser supremo, creador de todas las cosas, con el que se comunicaban por medio de la oración o de personas especialmente cualificadas para ello; curas, pastores, frailes, religiosos, etc.
Creían también tener el derecho y mandato divino a difundir y/o imponer las “tres Ces”, o sea Comercio, Cristiandad y Civilización.

La población que se encontraron, de una gran espiritualidad y con las creencias anteriormente citadas, era un terreno de cultivo ya abonado y excelente para expandir sus creencias, y así ocurrió. Para la mayoría de los Swazis, la idea de los dos mundos y un único Dios creador de todas las cosas tenía ya perfecto sentido, y el cristianismo simplemente rellenaba huecos, detallaba y explicaba algunas cosas de un concepto espiritual y religioso ya existente y conocido para ellos.

Así, la cristiandad se extendió rápidamente entre los swazis en la forma que llamamos Zionismo, consistente en una curiosa mezcla de veneración (y todo lo que ello conlleva) tradicional hacia los ancestros, y creencias Cristianas y del Antiguo Testamento principalmente. Esta influencia del Antiguo Testamento tiene una gran importancia, al promover y hablar de posesión por espíritus, profecías, hablar en lenguas desconocidas, adivinación, sacrificios y poligamia.

Creo que es muy interesante pararse a pensar unos momentos sobre las semejanzas y diferencias en las creencias y costumbres expuestas en los apartados 1, 2, y 3.
En el próximo capítulo, me centraré principalmente y expondré más extensamente la religión tradicional Swazi.

martes, 2 de febrero de 2010

¡Hora del bañoooo…!

A los elefantes les encanta bañarse; Normalmente primero la manada bebe agua, cuando todavía el fango del fondo no se ha removido, y luego llega el tiempo de baños y juegos para quien le apetezca. Aunque claro, a veces algún jovencito se olvida de esperar a que todos beban para empezar a jugar…

- Huy, huy que bieeeeeeeennn, vamos allá…


- Je, jeee, el submarino…


- Me siento en el fondo, me echo para atrás…


- Me revuelco para un lado…


- Y hasta me tumbo patas arriba. Ja, esto es vidaaaaaa….


- ¿Porqué os vais? serios mas que serios, solo porque he removido un poco el fango, que sois unos soseras…

sábado, 16 de enero de 2010

Lagartijos y lagartijas.

Varios árboles del jardín sirven de refugio a familias de estos coloridos bichitos.
A bastante gente le dan miedo pero a mi me fascinan estos dragones en pequeño llamados agamas; Sus colores, las curiosas formas de actuar, los dibujos que se descubren en sus cuerpos al acercarse, hacen que me pase largos ratos observándolos.

El Agama de garganta azul, Southern tree agama, Acanthocercus atricollis, Intfulo en siSwati, es bastante común y extendido en estas tierras. Varias familias de ellos pueblan árboles de mi jardín. Son absolutamente inofensivos para el ser humano, no así para las hormigas, base de su dieta, lo que lo convierte en un aliado formidable para la vida en Africa, ayudando especialmente a evitar invasiones de termitas. El macho, de colorido espectacular, nos muestra su librea más brillante en época de celo. Los colores de la hembra son mucho mas apagados. Sus enormes cabezas y finos cuellos cubiertos de escamas y espinas los hacen inconfundibles.
En realidad conocemos muy poquito sobre ellos. Miden entre 20 y 30 centímetros (palmo y medio), se alimenta de orugas, insectos, materia vegetal y especialmente hormigas y termitas, siendo uno de los pocos reptiles que aguantan su alta acidez.
Viven en los troncos de los árboles, y bajan al suelo para buscar comida.
Pasan la mayor parte de su tiempo quietos, cazando al acecho, y son muy rápidos corriendo cuando se sienten amenazados. Son territoriales, y en las competiciones entre machos parece que juega un papel importante el tamaño de la cabeza, prefiriéndose el que la tenga mayor. Los espectaculares colores de los machos comprenden diversos azules, amarillos, y verdosos. Los dibujos de las placas de sus cabezas forman coloridos e intrincados mosaicos.
Se conocen unas seis subespecies, pero muy pobremente descritas.
Se han adaptado a vivir cerca del hombre, y se los puede encontrar incluso en zonas urbanas.



Existe la creencia extendida de que son venenosos, lo que no es cierto en absoluto; puede ocurrir que al verse acorralado, se defienda a mordiscos, y debido a bacterias que pueblan sus dientes, la infección está asegurada. Debido a su aspecto y tamaño son temidos, considerados de mala suerte, y no se les quiere cerca de las casas. Los Swazis los utilizan con fines medicinales y mágicos; Se hace una cocción para atraer las tormentas sobre tu enemigo y que lo mate un rayo, o también, debido a las flexiones de cuartos delanteros que gustan de hacer estos lagartos, y que debido a sus grandes cabezas resultan de lo mas graciosas, se utiliza su cerebro para volver estúpido a alguien, etc.



Para iniciar el cortejo, a veces puede verse a la hembra ofreciendo sus cuartos traseros al macho, y en el momento que este se acerca, salir corriendo a prudente distancia, pararse, el macho intenta acercarse otra vez, nueva carrera, y así hasta que el macho consigue “atraparla”, o mas bien la hembra se deja atrapar.
Pondrá entre 4 y 12 huevos en un agujero excavado en la base de su árbol, de donde saldrán las crías en 3 meses.

Cuando son molestados o se sienten amenazados, estos agamas inician un curioso juego del escondite; Suben a un árbol, y se colocan en el tronco al lado contrario de donde les viene la amenaza, Si la amenaza intenta rodear el tronco, el lagarto se mueve también para que éste quede siempre de por medio. Sin embargo, si uno se queda completamente quieto, la curiosidad acaba pudiendo y el agama empieza a rodear el tronco para comprobar si sigues ahí.



Los peligrosos juegos mañaneros entre uno de mis perros y una de las familias de estos lagartos que vive en el árbol a veinte metros frente a la terraza son geniales; Primero baja el macho por el tronco, cabeza abajo, llega al suelo, hace sus tandas de flexiones, y comienza a avanzar despacio, mirando a uno y otro lado por si el perro anda al acecho. Cuando ha conseguido andar dos o tres metros, comienza a bajar la hembra siguiendo idéntico ritual; macho y hembra en fila, avanzando por el terreno, y las dos crías siguen detrás, formándose una fila de agamas que van avanzando por la hierba, buscando su comida, haciendo sus flexiones, y atentos todo el rato a la posible aparición de los perros. Y Luna suele aparecer invariablemente, avanzando lentamente, paso a paso, midiendo cada centímetro de terreno, la cabeza gacha, ni un ruido, avanzando las patas como si flotaran, hasta que los lagartos consideran que ya se acerca demasiado, y salen corriendo a su árbol refugio, el perro se lanza a correr detrás, pero casi nunca consigue alcanzarlos.