miércoles, 23 de diciembre de 2009

Queremos jugar al fútbol descalzos.

Hace un par de años, en una visita a Pamplona, pasé unos días con mi amigo Fernando en la deliciosa casona donde vivía, un pueblecito de la montaña Navarra llamado Ilarregi. Los días se pasaban rápido entre paseos por el monte, largas charlas nocturnas al calor del fuego, cocinando, leyendo, interneteando, y duras peleas por fregar. El día de mi marcha se puso a desconectar su aparato reproductor de DVD, lo empaquetó con esmero, y me lo dio; "Si yo ya no lo uso, entiendes...".
Mi maleta, con muchísimo sobrepeso, se presentó delante de la mesa de facturación de Iberia, y la chica me miró con cara de "Si, te has pasado demasiado...". "Voy a Swazilandia, donde vivo, y un amigo me ha regalado un DVD, algunas pelis,..." le dije, con sonrisa de oreja a oreja. Guiño malicioso, y etiqueta de 20kg en mi maleta.
Y el reproductor, después de 3 días de viaje, llegó sano: Lo instalé en mi casa, en el valle de Ezulwini, y já, seguía funcionando... Que gusto, poder ver pelis en cristiano de vez en cuando...
Al cabo de unas semanas, al pasar por el camino de Lobamba, el poblado real, a unos 10 km de mi casa, vi a lo lejos a mi amiga Sanelesiwe haciendo cola en la puerta de la clínica rural; Rodeada, como de costumbre, de hijos y añadidos, decidí parar a ver qué marchaba mal.
Phinda, uno de sus hijos, más conocido como Babazane, se había hecho una fea herida en el pié jugando al fútbol descalzo con una bola fabricada con trapos viejos. Me quedé a echarle una mano con los críos y las diferentes colas por las que tenía que pasar.
Cuando llegó el turno, Babazane recibió una dolorosa cura, unos puntos en vivo, una inyección, un enorme vendaje, y ordenes de la enfermera de no andar por los polvorientos caminos durante unos días, hasta que la infección bajara.
Y por supuesto, la correspondiente bronca de su madre por jugar al fútbol descalzo, que le va a suponer unos días perdiendo colegio y el desequilibrio de la economía familiar del mes.
Babazane se me aferra a la mano, hecho un mar de lágrimas, lágrimas interiores, y dos o tres que le resbalan por la mejilla, cosa extraña, porque Babazane es duro, duro como una piedra; Babazane ha nacido en África.
A Babazane le encanta ir a visitar a su abuela, que vive casi sola en las montañas; Le llevan comida y la compañía de sus hijas, hijos y nietos. No hay luz, ni agua corriente, y las casas son de barro y paja. Pero a Babazane le encanta estar con su abuela en el campo; las vacas, los cultivos... y corretear por las montañas.
Y la abuela, la abuela Gwebu, vive muy cerca de la segunda roca más grande del mundo, la roca Sibebe, a donde de vez en cuando, llevo turistas y viajeros que lo desean, para pasar el día con el aliciente de la roca y ver, pasear y empaparse de una zona rural de Swazilandia.
Cuando coincide que Babazane está visitando a su abuela, en cuanto me ve a lo lejos, subiendo el monte con mi grupo, viene corriendo y saltando cual rana, me coge de la mano con ánimo protector durante un rato, y se une encantado a la partida. Acabamos la subida y todos nos sentamos a descansar un poco, menos Babazane claro, que aprovecha para correr de un lado a otro saltando matojos. Babazane parece que nunca se cansa.
Así que Babazane y yo estamos hechos el uno al otro, y nos entendemos bien, con esa facilidad y sencillez con la que uno se entiende con un niño.
Babazane, al salir de la clínica, se aferra a mi mano y me mira fijamente; "Menuda mañanita que llevo", supongo que piensa...
Como no va a ir al cole, le digo a su madre que me lo llevo a pasar el día a mi casa. Su madre, encantada de "librarse" de uno por unas horas, se va de camino a la suya.
Cuando Fernando me dio el reproductor de DVD, se encargó de surtirme bien de películas, y entre ellas unas cuantas "mayores de 18" estilo La Edad del Hielo, Monstruos SA, Buscando a Nemo, etc, lo cual me viene de perilla. Babazane se sienta en el sofá, expectante, y empieza La Edad del Hielo: Scratch corretea arriba y abajo intentando salvar su bellotita, y Babazane ni se ríe, de atento que está. El nunca ha visto semejante cosa, no se lo puede creer. La película es en español, pero le da igual. Ni parpadea ni se mueve, atento a la tele.
Vuelvo a la media hora, y ni siquiera ha cambiado de postura.
Le pregunto que tal, y ni me responde.
Me voy a mis cosas
La película se acaba, y Babazane tiene una enormíííííííííísima sonrisa en su cara, los ojos abiertos como platos. Vale, ¿quieres ver otra? Yebo (sí).
Pruebo con Monstruos SA. Babazane pone cara de susto y me mira: No, esto no le va. ¿La Edad del Hielo 2?... Sí, por supuesto, y en español, claro.... A la media hora le traigo agua, y ni se digna mirarme... Vuelvo cuando se acaba la peli, y Babazane me pide emanti (agua) con su vocecilla más tierna; Ni se ha enterado de que tiene el vaso lleno delante. Se lo bebe de dos tragos, y vuelve a deleitarme enseñándome sus enormes y blancos dientes entre su enormíííííísima sonrisa.
Al atardecer, llevándolo de vuelta a su casa, no para de cotorrear contándome las dos películas, a su manera, de pe a pa. Lo devuelvo a su madre, que se las ve y se las desea para que Babazane no salga corriendo a contarle la historia a sus amiguetes.
Al cabo de algunos días, Sanelesiwe me llama: No hay forma de que los niños de Lobamba jueguen al fútbol con zapatos.
Así que mi amigo Fernando y una anónima y cuando menos simpática chica de facturación de Iberia, son culpables de que los niños de Lobamba se nieguen a ponerse algo en los pies para jugar al fútbol, y peor, de que hagan el burro todo lo que pueden y más.
Y gracias a Fernando por la sonrisa de Babazane. Y gracias a la chica de facturación por la sonrisa de Babazane.

Gracias a todos los que hacéis posibles esas sonrisas.

Gracias a todos los que hacéis que la vida sea vida, más interesante, más bonita, y más llevadera cuando pesa, con vuestras artes, músicas, imágenes, escritos, filosofías, pinturas, críticas, alegrías y penas, humanidad, comentarios, sabiduría, buen humor, pensamientos, denuncias de lo injusto, visión positiva y alegría. Vida y un buen año para todos.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Tiempo de Incwala.



Si estás interesado en conocer el contenido completo de este artículo, te ruego que contactes directamente conmigo. Gracias.
Ceremonia sagrada tradicional Incwala.
Ceremonia de las primera fruta.



























 





















Y termino con unas anécdotas:
* Hace 3 o 4 años, en plena Incwala, le robaron la umdada al rey. Consiste en una especie de faldilla de piel de leopardo que sólo se usa durante la Incwala. Unos guerreros jóvenes se la robaron y la vendieron, a precio exorbitante, a un conocido hombre de negocios Swazi, que a su vez tuvo que pagar una fuerte multa en vacas al rey por haber comprado su umdada robada. No se sabe que pasó a los hábiles ladroncillos.
* Hace un par de años, la princesa Sikanyiso (hija mayor del rey), al salir con mi regimiento del Kraal en la despedida del último día, me saludó muy amablemente diciéndome que “me daba las gracias por quemarme la piel bajo el sol ardiente”.
* A los visitantes de otros países africanos les encanta sacarse fotos con “Cola de Gallo”, especialmente a las visitantas.

Así que llegada esta época del año, tiempo de Incwala, uno se viste de faldillas, escudo en una mano, hacha ceremonial o lanza en la otra, y se pasa los días atendiendo y disfrutando de esta ancestral ceremonia, unas veces llevando visitantes curiosos a verla, y otras disfrutando simplemente con amigos.

domingo, 29 de noviembre de 2009

El sueño de Shobuza I.

La tribu Swazi fue una de las pocas tribus bantús poderosas cuyas relaciones con los Europeos no acabaron en guerra sangrienta. Y esto fue debido en gran parte al sueño de un rey.

El rey Shobuza I o rey Somhlolo subió al trono en 1816 y lideró a los Swazis hasta su muerte en 1836. Uno de los pilares de su reinado fue la evitación a toda costa, en cualquier circunstancia, del enfrentamiento armado sin estar completamente seguro de su superioridad y posibilidades de victoria.

Poco antes de su muerte, una mañana, convocó a sus consejeros y les dijo que había tenido un sueño, en el que vio cómo gentes de piel blanca, de pelo lacio como las colas de las vacas, llegaban a kaNgwane (Swazilandia), y traían con ellos dos cosas: umculu (rollo de papel o libro) e indilinga (pieza metálica redonda). Umculu se ha interpretado (por algunos) como la Biblia, e indilinga como dinero. Shobuza dijo a su gente que aceptaran el libro, pero que intentaran evitar el dinero. Les dijo también que les abrieran las puertas de sus casas y sobre todo que nunca les hicieran daño alguno, porque si derramaban una sola gota de su sangre, su país podía ser destruido y ellos desaparecerían como nación.

Tanto los súbditos de Shobuza I como las generaciones y reyes subsiguientes, escucharon y siguieron fielmente el consejo del rey de nunca derramar sangre del hombre blanco en su tierra, convirtiéndose con el tiempo en tradición casi mística el respeto inteligente por el muy superior poder militar del hombre blanco.

“Como nunca lucharon contra los blancos, nunca fueron conquistados.”

Esta es la historia del sueño de Shobuza I. Pueden sacarse al leerla muchos temas de conversación y discusión; Si hablaba de Biblias o simplemente libros (educación, para enfrentarse al hombre blanco había que aprender a interpretar esos libros y papeles que llamaban escritura), el enfrentamiento al conquistador-colonizador por medios que no fueran las armas, sabedor de alguna forma de un desastre asegurado (él nunca vio blancos), etc.
Pero en esta ocasión, quiero dar a conocer principalmente el hecho en sí de la visión de Shobuza I, y la para mí curiosa descripción física que hizo de los que vio venir.
Y… ¿
Haberlas “haylas”?

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ella, la… Ella.

Apareció hace 4 años, una noche de primavera. Se oían extraños ruidos en la chimenea. Evidentemente, un pájaro se había colado por la parte de arriba, y no acertaba a salir ni por arriba ni por abajo. Todos nos fuimos a dormir pensando en cómo hacer para sacarlo.

A las 7 de la mañana, un grito estridente de horror, terror y pavor despertó a todo el mundo. Di un salto y salí de mi habitación a toda prisa; Una chica, blanca como el papel, con los ojos desorbitados y la toalla que supongo la envolvía en el suelo, me miraba pasmada señalando y balbuciendo “allí, allí…” . Y allí, en efecto, revoloteaba la… Ella. La chica había abierto la puerta de su habitación y la… Ella le había pasado volando por delante de la nariz, dándole un buen susto. Todavía jovencita, no parecía demasiado asustada. Se posaba aquí y allá, unas veces mirándonos, otras veces oteando a través de las ventanas, utilizando de percha los sitios mas extraños que imaginarse pueda.

Bajando hacia la sala de estar, me fui encontrando restos de hollín en las escaleras, la barandilla, encima de un plafón, sobre los mapas, revistas y folletos informativos de la entrada… Las cortinas de la sala de estar eran un poema, los sofás estaban llenos de huellas de ceniza con la forma de las garras de la… ella, el suelo para que contar; La… ella se había pasado unas cuantas horas remozándose las plumas en el hollín de la chimenea, y luego se lo estaba sacudiendo muy pulcramente (para ella) en el interior de mi casa.

A la chica le di una tila y su toalla para que se envolviera de nuevo, y a la… ella le abrí todas las ventanas para que saliera a la vida salvaje del exterior a acabar de sacudirse sus lindas plumas. Se pasó un buen rato revoloteando por el interior de la casa, visitando baños y habitaciones del piso alto, posándose en las ventanas abiertas mirando al exterior, hasta que, al fin, decidió dar la visita por terminada.

Lechuza común o de campanario, Tyto alba, Ingovazana en siSwati, ave mediana de unos 35-40 cm de alto y casi 1 metro de envergadura alar, claramente reconocible por su cara en forma de corazón, hábitos generalmente nocturnos, portentosos sentidos de audición y visión, excelente cazadora, se alimenta principalmente de roedores, incluyendo también en su dieta insectos, reptiles, anfibios y otros pájaros. Se cree que la forma de su cara hace las funciones de extraordinario receptor de radar con el que localiza los sonidos que hacen sus presas, se lanza sobre ellas en total oscuridad más flotando que volando gracias a las especiales características de sus alas, que le permiten planear muy cerca del suelo sin hacer apenas ruido. Por esa forma especial de “flotar”, su colorido fantasmal y la forma de su cara, es considerada en muchas culturas como cosa de brujería, dándosele nombres como fantasma, bruja… No hace nidos, así que pone sus huevos en cualquier época del año en huecos de árbol, entre rocas, chimeneas, graneros, campanarios, etc. Se ha adaptado a vivir cerca de humanos, y sus diversas subespecies están extendidas por todo el mundo salvo zonas con climas excepcionalmente fríos.
A los swazis no les gusta verlas ni tenerlas cerca por el miedo que les produce su aspecto y vuelo “brujil”, aunque son evidentemente beneficiosas en el control de la población de reptiles y roedores.

Y además manguta; “Miro disimuladamente el rollo de papel higiénico, así como quien no quiere la cosa, me subo en él, y… a correr (o a volar mas bien).”

Y a La… Ella se ve que le gustó la zona, y se quedó a vivir. A las noches se posaba en un cable eléctrico que pasa al lado de la valla que delimita el jardín, a unos 40 metros de mi ventana, desde donde cazaba y emitía su variedad de llamadas.

Hace 10 meses me compré una manada de teclas (con las que escribo esto) conectadas a una caja negra, y unos señores pusieron en el exterior del muro, justo frente a mi ventana, un nuevo poste al lado del de la electricidad. Del poste sale un cable, atraviesa por el aire 40 metros de jardín, y entra por un agujerito en la pared a mi habitación, acabando conectado a la caja negra y manada de teclas. Que emoción, por fin conectado al resto del mundo. Internet había llegado; Lento, muy lento, con limitación mensual, carísimo, pero aquí estaba. La modernidad había llegado, la era de las comunicaciones había alcanzado también mi casa en Africa.
Curiosamente, cuando me sentaba a las noches al teclado, a veces se podía oír un extraño “crotch crotch” proveniente del agujerito por donde entra el cable. Un día descubrí que el cable estaba demasiado tirante, y se movía claramente. Mirando fuera, la descubrí: en efecto, La… Ella había cambiado el cable de la luz donde solía posarse por mi cable telefónico, y se columpiaba y aleteaba muy ufana, posada en el excesivamente fino cable nuevo. Ahí la tengo, mirándome mientras escribo.
Estoy convencido de que controla todos mis bits que van y vienen por mi cable, quita y pone cosas a su antojo, el día que está vaga o resacosa mi velocidad internetera decrece ostensiblemente, se coge días libres a su antojo, en los cuales yo me quedo sin internet, y se pone a aletear y columpiarse en el cable con el simple objetivo de recordarme que, en el fondo, mi conexión africana a internet, depende de… Ella.








domingo, 8 de noviembre de 2009

Mama Africa.

Miriam Zenzi Makeba murió hace un año, cumplidos los 76, después de una actuación en Italia. Energía y vitalidad por todos sus poros, “la abuela incansable” llevaba un año retirándose, pero siempre encontraba alguna excusa para volver otra vez al escenario. Trabajadora incansable y activista comprometida, aunque ella sólo se consideraba una artista que contaba la verdad sobre lo que ocurría en su país, siempre comprometida con causas de racismo, libertad, entendimiento entre los pueblos y derechos civiles (la actuación en Italia era contra la mafia y el racismo). Aquí donde vivo, todo el mundo la conoce por su sobrenombre, “Mama Africa”.

Nacida en Sudáfrica en pleno apartheid, perteneciente a la tribu Xhosa, hija de un sangoma (sanador tradicional) y una fabricante de cerveza casera tradicional, pasó los primeros 6 meses de su vida en la cárcel debido a las actividades cerveceras de su madre (no sé si porque la hacía mala, porque estaba prohibido, o a saber). Su poco conocido otro nombre, Zenzi, se debió a que durante el difícil parto, su abuela no paraba de repetirle a su madre “uzenzile”, expresión isiXhosa que quiere decir algo así como “solo tú tienes la culpa de éste berenjenal en el que te encuentras”.

Como toda niña Xhosa, se esperaba de ella que cantara en ceremonias, fiestas y todo tipo de eventos, y desde muy temprana edad los que la rodeaban se dieron cuenta de su talento. Tuvo que desarrollar su carrera artística fuera de Sudáfrica debido a su activismo antiapartheid; Europa, luego acogida en EEUU debido a su activismo y expulsada después como persona non grata por lo mismo, Africa, etc, volvió a su país cuando su admirado Nelson Mandela subió a la presidencia de la nación.

Orgullosa de ser Africana, de ser negra y de ser Xhosa, llenaba el escenario con su presencia, sus vestidos de inspiración tradicional, instrumentos étnicos y cálida voz.
Actriz y cantante, probablemente de los primeros artistas africanos en obtener reconocimiento mundial, nunca estuvo orgullosa de su primer gran éxito, “Pata Pata”, del que decía que era el tema mas “tonto” de todo su repertorio. Otros éxitos fueron Qongqothwane (La canción del click), Malaika, Graceland, etc. Fué enterrada en Johannesburg con honores de estado.

La tribu Xhosa pertenece a la etnia Nguni procedente del centro y éste de Africa, y por lo tanto Bantú. En la segunda gran emigración de tribus Nguni hacia el sur, una gran rama se convirtió en la tribu Xhosa, con su propia lengua, y costumbres. Debido a la zona donde se establecieron, tuvieron un contacto muy importante con tribus KhoiSan (bosquimanos), y se considera que el 15% de la lengua Xhosa son aportaciones KhoiSan. Las lenguas bosquimanas tiene una característica curiosa, y es la gran abundancia en ellas de clicks o chasquidos (recomiendo ver las películas “Los Dioses deben estar locos I y II), que son sonidos producidos con la punta de la lengua en los dientes frontales, o los laterales de la lengua y los carrillos (como cuando arreamos a un caballo), o la lengua y el velo del paladar (como cuando “chistamos” a un bebé). La lengua Xhosa, debido a esa influencia de lenguas bosquimanas, tiene unos 15 clicks diferentes, siendo un ejemplo la propia palabra “Xhosa”, en la que xh es un click . La lengua Swazi tiene clicks pero muchos menos que el isiXhosa; Conforme nos alejamos de la “zona” bosquimana, los clicks van siendo meno abundantes en las diferentes lenguas, hasta desaparecer por completo una vez llegados a Zimbabwe por ejemplo.

El uso de estos clicks fue considerado por los pro-apartheid como elemento claro para ellos de la inferioridad de las razas negras, sus usuarios llamados despectivamente monos y babuinos, y considerados como imposibles de desarrollar nunca la superior inteligencia del hombre blanco.

Miriam introdujo en su repertorio la canción Xhosa Qongqothwane (Escarabajo) y “los ingleses” la llamaron “The click song” debido a la gran abundancia de clicks que contiene; sólo el título tiene ya 3. Es conocida como una canción cantada en bodas Xhosa, y en mi opinión también utilizada para enseñar a los niños a pronunciar los clicks, como el famoso “el perro de San Roque no tiene rabo….”. De hecho, la letra de la canción habla de un escarabajo que es el adivino de los caminos, y que ha pasado ya por una empinada cuesta….
Qongqothwane (The click song, la canción del click).
Igqira lendlela nguqongqothwane
Igqira lendlela kuthwa nguqongqothwane
Sebeqabele gqithapha bathi nguqongqothwane
Sebeqabele gqithapha bathi nguqongqothwane.
Estoy convencido de que Miriam la cantaba un poco en plan de chungueo, como respuesta a la consideración de algunos blancos de que alguien que habla con clicks no puede ser demasiado inteligentes, y como reto a que la cantaran correctamente (los negros habían sido capaces de aprender y pronunciar inglés, afrikaans o alemán perfectamente), y antes de cantarla gustaba de explicar a su audiencia que los blancos la llamaban “The click song” porque eran incapaces de pronunciar la palabra Qongqothwane. I n t e n t a r l o…

Un reto para los chicos de Ritmo Rancio: “El bolero del escarabajo”; en Xhosa y con clicks, claro, no vale trampas ;o)

La segunda versión, sin video, es mejor y mas completa, pero el video vale la pena por ver las explicaciones de Miriam Makeba.

Hamba kahle Mama Africa.



domingo, 1 de noviembre de 2009

Historia de Pinky pinky.

O de cómo todos los niños de un país se las arreglan para organizar una borota nacional de dos semanas.

Hace ya algunos años, en la región donde vivo, Hhohho, los niños de una escuela empezaron a contar que al ir al baño, oían una voz que les llamaba y les hablaba. No le podían ver, pero le oían claramente.
Al cabo de unos días, empezaron a decir que también les tocaba en el hombro, por detrás. El ente, genio, fantasma, espíritu, diablo o lo que fuera empezó a hacerse popular en la escuela, así que incluso le pusieron nombre: Pinky pinky.
El caso es que Pinky Pinky debía tener el don de la ubicuidad, porque también empezaron a notar sus efectos en otra escuela de la zona. Y luego en otra, y en otra. En pocas semanas, Pinky pinky hacia sus apariciones en todas las escuelas de la región de Hhohho, y empezó a hacerse notar también en escuelas de otras regiones del país.
A estas alturas, Pinky pinky ya incluso había sido visto por algunos niños, que lo describían como un ser mitad hombre y mitad mujer. Su lugar preferido seguía siendo los baños, pero también empezó a aparecerse en otros lugares. Pinky pinky iba volviéndose mas y mas descarado, y hablaba a los niños incluso en presencia de adultos, pero sólo los niños le podían oír y ver. Los niños empezaban a estar asustados, no querían ir al baño o quedarse solos un momento, el único tema de conversación en todas las escuelas del país (y en las calles y periódicos también) era Pinky pinky. Los profesores empezaron a tener problemas controlando a los niños, y mantener la atención en las clases se convirtió en un imposible. Algunos profesores también empezaron a relatar apariciones de Pinky pinky, así que el suceso se convirtió en un problema nacional de tal magnitud, que el gobierno decidió cerrar las escuelas de todo el país durante un par de semanas, durante las cuales inyangas, sangomas, cazadores de espíritus, exorcistas, cristianos ahuyentadores de diablos, etc, etc, fueron contratados para que alejaran a Pinky pinky de las escuelas.

Parece ser que la cosa funcionó, y por ahora nadie ha vuelto a hablar de Pinky pinky.

A mí siempre me pareció una especie de geniecillo simpático, aunque sólo sea por el nombre, y por supuesto, la historia de Pinky pinky me puso en bandeja la posibilidad de ir dando sustos a diestro y siniestro, tocando en el hombro y por detrás a conocidos, amigos, compañeros de trabajo y cualquiera que se pusiera a tiro, a la voz de ¡Pinky pinky! Menudos respingos. La historia duró meses.

viernes, 23 de octubre de 2009

Tormentas.

Llegó la época de lluvias cortas, y con ella las espectaculares tormentas. Africa Austral sufre una sequía que dura ya 12 o 13 años, así que cuando llega el momento, todos miramos al cielo con insistencia esperando las nubes, y que al menos traigan el agua suficiente para que los ríos no se sequen completamente. Y parte de este agua cae siempre en forma de espectaculares tormentas con gran aparato eléctrico.

Desafortunadamente los rayos matan todos los años a unas cien personas en Swazilandia, lo que en una población de alrededor de un millón considero que es una cifra altísima. Las tormentas sorprenden a la gente en sus quehaceres diarios, cuidando ganado, recogiendo leña, volviendo del trabajo, etc., lejos de sus casas, arriba en las mesetas de las tierras altas, y por supuesto, no hay pararrayos, así que a veces familias enteras son encontradas muertas en sus casas por rayos que han entrado por alguna ventana, atraídos por techos metálicos, etc.

Resulta impresionante y sobrecogedor ver estas tormentas, uno tiene la impresión de ser muy muy pequeñito ante estas fuerzas de la naturaleza desatadas. A veces empiezan avisando las hormigas aladas, que supongo sienten el cambio de presión y salen del hormiguero volando hacia arriba en forma de chorro. Me gusta sentarme en la terraza (a cubierto) con las montañas frente a mí, los espectaculares colores que el cielo va tomando, la fuertes ráfagas de viento, el olor a ozono, y después, con la tormenta ya desatada, el agua cayendo a mares, rayos y relámpagos iluminando las montañas como a la luz del día, los perros intentando buscar cobijo, es todo un espectáculo. Mas de una vez he tenido que cambiar el ofrecimiento de piscina con el anuncio de baños de barro (me puede llevar hasta una semana devolverla a su estado de piscina normal).

Los Swazis tienen terror a las tormentas, lo que es perfectamente comprensible después de lo dicho, y claro, también tienen la solución, que al parecer no siempre funciona. Se llama Bafana a dos palos que la abuela (o el abuelo si la abuela murió) de la casa sitúa a ambos lados y por encima de la puerta de entrada en estos casos. Se supone que dan protección a la casa y sus habitantes, manteniendo alejados a los peligros que conllevan tormentas y mal tiempo.
Y el caso es que “Bafana” significa chicos, literalmente chicos pequeños, chavalines. La única explicación encontrada es que estos chavalillos normalmente son los encargados de cuidar de las vacas, y suelen llevar en la mano un palo para ayudarse en el manejo del ganado, y de ahí y por extensión, igual que los chicos que cuidan el ganado son llamados Bafana, también los palos que cuidan de la casa lo son.

A la voz de zafarrancho de tormenta, todo el mundo empieza a correr cerrando ventanas, desenchufando absolutamente todo, recogiendo cualquier cosa que haya en el exterior, preparando linternas, velas y candiles de parafina. Los rayos queman transformadores sin protección, lo que te puede dejar sin electricidad durante días, y las subidas de voltaje consiguientes hacen temblar neveras, y chocarran televisores, lavadoras, y cualquier cosa que estuviera enchufada.

Pero bienvenidas, lluvias.

Mangoane Mpulele: Canción de la lluvia. Tribu Sotho.

La ceremonia Swazi de pedir lluvia es interesantísima, muy complicada, y basada creo en la muy antigua ceremonia de la tribu Pedi. Ya casi la tengo completa y preparada para contar.

domingo, 18 de octubre de 2009

Galería de sonrisas.

No tenía la menor intención de hacer nunca una entrada como ésta. Sin embargo, después de la anterior, y los comentarios y reacciones que he visto, creo que debo cambiar mi decisión. Esto que llamo “Galería de sonrisas” se hace realidad gracias al esfuerzo, generosidad y ganas de gentes particulares, y creo en justicia que debéis verlas y disfrutar de ellas, igual que yo también las disfruto en vivo y en directo. Gracias a todos, de parte de ellos.

Por muy diversos motivos, alguien provocó esas sonrisas. Pero centrándome en el tema de la educación, quiero añadir que alguien me preguntaba hace unas semanas, en que podía cambiar la vida de uno de estos niños el hecho de tener la posibilidad de acudir a la escuela asegurada.
Después de una larga explicación sobre las condiciones de vida de éstos niños, como conclusión, le respondí: “…
simplemente, que sus hijos no necesitarán de gente como vosotros. Dignidad.”



domingo, 11 de octubre de 2009

Una sonrisa apagada para siempre.

Como otras tantas y tantas, que nunca volverán.

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Es generalmente aceptado que la niñez es una época que confiere una inmunidad relativa del riesgo de comportamientos suicidas.

Hago un extracto de un informe del suicide education and information centre (SIEC) de Canadá.

“Esta creencia se basa en dos nociones; la niñez está en gran medida libre de problemas y tensión, y los niños no tienen todavía la madurez de desarrollo suficiente como para poder pensar en o actuar de forma suicida (Pfeffer, 1993: 175).
Sin embargo, investigaciones recientes revelan que ya en grado tres (8 – 9 años), los niños tienen ya un completo entendimiento del suicidio, y que niños más pequeños comprenden el concepto de “matarse a sí mismo” (Mishara, 1999: 105, 115). Las estadísticas también revelan que los niños tienen pensamientos suicidas.
Datos de Statistics Canada indican que para ambos sexos, entre 5 y 14 años, ahorcamiento y armas de fuego son los métodos usados en el 90% de estos suicidios.”

En Swazilandia, las armas de fuego se sustituyen con la ingestión de venenos de uso agrícola, fácilmente accesibles para todo el mundo.

Y expongo esto para que nadie dude de que una niña de 6 años puede tener pensamientos suicidas y puede llegar a matarse a sí misma.

En Swazilandia la educación no es gratis. Todos los niños que van a la escuela tiene que pagar, incluso en escuelas públicas, incluso aunque tengan que sentarse en ladrillos o en el frío suelo, en clases a veces sin siquiera cristales en las ventanas.
Teóricamente el gobierno debe pagar por los huérfanos, pero a veces es un proceso tan complicado que, por diversos motivos, muchos huérfanos se quedan en la calle, mientras con triquiñuelas y corruptelas, otros que no lo son ni lo necesitan en absoluto se benefician de ello.
Hace dos años el gobierno prometió implementar un plan por el que cada año se pondría la enseñanza gratuita en un grado, empezando desde primaria grado uno, y cada año sucesivo cubriendo un grado mas, hasta cubrir toda la enseñanza primaria, pero sigue sin hacerlo realidad.

Desgraciadamente, la noticia de la foto, no es el único caso. El grado de frustración de estos niños es mayúsculo, el estrés al que se ven sometidos es inaguantable.

Niños que viven en casas de barro y palos, en condiciones de pobreza difíciles de imaginar, que a veces comen una vez al día con suerte, que estudian a la luz de una vela, rodeados de otros tantos niños de todas las edades, que sienten el frío del suelo al dormir, que tienen que cuidar de las cabras cuando vuelven del colegio, que a veces tienen que andar kilómetros para llegar al colegio, a veces cruzando ríos, a veces sin puente, con todos los peligros imaginables en el camino, violadores, leones, cocodrilos, rayos, etc.

Una niña de 6 años ha terminado con su vida colgándose de un árbol porque no podía hacer los exámenes finales de Diciembre.

Una niña de 6 años se ha suicidado porque no tenía dinero para pagar la escuela.

Una niña de 6 años, se ha suicidado.

Solo quería poder estudiar.

sábado, 3 de octubre de 2009

Volverán las...

…rayadas golondrinas. Sí, siempre vuelven.
Este año un poco retrasadas, que para finales de Agosto o principios de Septiembre ya suelen estar aquí.
A mediados de Septiembre empezaron a verse bandadas revoloteando por el jardín, jugando al atardecer. Disfruto mucho viéndolas contra las Montañas Mdzimba, persiguiéndose unas a otras, haciendo bruscos cambios de dirección, gozando de ser las dueñas de ese espacio tan ansiado y soñado por el hombre.

Pero el nido que está justo encima de la puerta de entrada principal seguía vacío. Ya pensaba que la parejita no venía este año, vaya usted a saber porqué.

Hace dos días las vi. Posadas en la ventana de la cocina que da a su nido, como les gusta ponerse de par de mañana, una junto a otra.
A media tarde estaban muy activas, haciendo incesantes viajes entre el nido y el bosque de al lado, trayendo en el pico trocitos de barro, pelusillas y pequeñas hierbas, supongo que para adecentar el interior de la casa después de la ausencia invernal.

La golondrina rayada africana menor, Hirundo abyssinica (la mayor es Hirundo cucullata), Inkonjane para los swazis, vive en el Africa Subsahariana extendiéndose hacia el Sur por la parte Este de Sudáfrica. Mide unos 15 cm, y se alimenta principalmente de insectos (mariposas, langostas, avispas, abejas, mosquitos, hormigas, etc.) que caza al vuelo la mayoría de las veces. Hace sus nidos en forma de bol o taza redondeada con barro, y le añaden una curiosa entrada en forma de tubo alargado por un lado. Son animales migratorios, y el mismo nido es utilizado una y otra vez por la misma pareja (son monógamos) durante años. Estos pájaros encuentran su pareja y permanecen y crían con ella el resto de su vida.

La parejita en cuestión apareció hace 4 años, hicieron su nido bajo un saliente de la puerta de entrada principal, y vuelven regularmente todos los años a finales de Agosto. Cuando llega el invierno, allá por Mayo, desaparecen hacia el norte en busca de tierras mas cálidas. Durante los meses que permaneces aquí crían varias veces, de 3 a 5 huevos cada vez. Cuando las crías salen del huevo permanecerán sin asomar la cabeza fuera por unos días, pero se las oye protestar pidiendo comida, y las atareadas idas y venidas de los padres solícitos en su quehacer de proporcionar alimento a sus crías se hacen constantes.
Con el primer sol de la mañana, gustan de posarse un buen rato, una junto a otra, en la ventana de la cocina cercana a su nido. Se han hecho a la casa y sus habitantes, y de vez en cuando se dan una vueltecita por dentro; Primero se atrevían sólo con la cocina, pero poco a poco han ampliado territorio y se dan unos revoloteos también por entre las vigas del alto techo, y alguna que otra habitación.

Son bienvenidas en general porque comen insectos, mosquitos sobre todo, y verlas en sus quehaceres diarios es un auténtico deleite para los sentidos.
Los Swazis utilizan el barro de sus nidos con fines medicinales, y sus plumas con fines mágicos (muti). Un ejemplo: Se prepara una cocción con una mezcla de plumas de inkonjane y algunas hierbas, y antes del partido de fútbol, y procurando que el equipo contrario no lo vea, se esparce ésta mezcla por el campo. Esto dará alas al equipo y les permitirá moverse y driblar al contrario con la rapidez, agilidad y habilidad de las golondrinas.






lunes, 7 de septiembre de 2009

Mirada 2

Estas fotos van dedicadas especialmente a quién prefería no ver la foto completa de la entrada anterior.
Y dedicadas muy especialmente a los habitantes de la Enterprise.

Con cariño para todos, ayer mismo.



Hace pocos días, en el transcurso de un safari a pié, vimos un cocodrilo de 4 metros tomando el sol en una isla de un lago. Una familia de wartogs (jabalí verrugoso), mamá jabalina y 4 pequeños juguetones, retozaba ramoneando por la orilla del lago. Una clienta me pregunta si el cocodrilo no ataca. Le digo que justamente están saliendo del medio letargo invernal, y éste debe andar todavía vaguete. Al volverme, el croco había desaparecido de la isla. Los ojillos y la nariz avanzaban lentamente por el lago poco a poco, enfilándose disimuladamente hacia la zona donde estaban los jabalíes. Se para a 3 o 4 metros de la orilla, un jabalí se acerca a beber, los ojillos desaparecen bajo el agua, salto terrible, agua y barro por todos lados, gruñido angustioso del que sabe que va a morir, y todo acabó (me pasé el resto del safari con las clientas colgando de mi camisa por detrás, mirando por encima de mi hombro, y no dejando que me alejara ni 2 metros).

El juego de la vida y la muerte, en vivo y en directo, impresiona y pone la carne de gallina clueca.

Así como esto, el sonido del crujir de un fémur entre las fortísimas mandíbulas de la hiena, hace que la espina dorsal se encoja y un sudor frío recorre la espalda. El pelo se eriza, y el golpe de adrenalina sube a límites insospechados.

Está marcado en nuestro sistema nervioso, pura supervivencia; no hace para tanto que las posibilidades de que ese fémur fuera el nuestro eran mucho mas altas.

La mantis devorando su presa entre las patas, el gecko que engancha una hormiga voladora casi mas grande que él mismo, no nos impresiona tanto. Están mas alejados en la escala animal, no son mamíferos.

Y tantas otras parecidas, que aquí donde vivo y en mi trabajo, se ven de vez en cuando; El juego de la vida y la muerte en la naturaleza, en vivo y en directo, la supervivencia, y la búsqueda continua de equilibrio.

Hay algo común en todos los casos descritos: Naturaleza, supervivencia, comer.

Sin embargo, al ver la foto citada en "mirada", el sentimiento es diferente, y hay unos componentes de repulsa y tristeza diferentes. No hay lucha por el trozo de pan, sino verdadero disfrute en el jugar con un animal causándole sufrimiento puro y duro. Eso sí, por tradición y cultura.

Como bien dices, Hipatía, esto no se encuentra en la naturaleza y como tú dices otra vez, ese hecho precisamente es el que da miedo, me espeluzna a mi también; la tira. Mucho más que la hiena. Mucho más que el croco.

Las opiniones, meditadas todas fueron.
Los insultos, por una entraron y por la otra se escaparon.

Y la jirafa. Pues la jirafa mira un poco pensativa, sonríe, y luego se va a comer de una deliciosa acacia, que es lo suyo.



jueves, 3 de septiembre de 2009

Mirada.

Hace algunas semanas caí por casualidad en la página de un medio de comunicación español. Una foto en primer plano atraía la mirada, y rodeándola, estaba escrito un artículo sobre las fiestas de España. El artículo versaba sobre las restricciones en gastos que tenían que tener en cuenta los ayuntamientos para los presupuestos de dichas fiestas, dada la crisis económica. Ni entro ni salgo en todo esto.

Pero sí en la foto.

Los ojos de la imagen que acompaña esta entrada pertenecen a la foto centro del artículo. Consistía ésta en un toro, con los cuernos en llamas, la testuz al rojo, lo que parecen unos alambres colgando de los cuernos, supongo que para sujetar el montaje que arde en su cabeza, y otras lindezas que prefiero dejar a la imaginación de cualquiera que se digne parar por un momento a pensar en qué ocurre si un toro, o cualquier ser viviente, se pasa un tiempo, horas supongo, con ese montaje ardiendo en su cabeza. Incluso teniendo en cuenta que, hoy en día, al toro se le embadurna barro en grupa y testuz, y que el montaje de fuego no se ata directamente a los cuernos, sino a cierta pequeña distancia por encima.

Qué horror.

Enseñé la foto en el lugar dónde vivo, Swaziland, Africa; Tuvieron la desgracia de cruzarse con ella desde profesores de universidad hasta gente que vive en el campo comiendo lo que cultiva, sin agua y sin luz.

Algunos comentarios fueron (mis interlocutores son varias personas):

- Qué hizo el toro para merecer semejante castigo?
- Nada, el toro no hizo nada. Ya he dicho que en mi cultura, hacemos esto para divertirnos. Es algo tradicional; igual que a vosotros os gustan vuestras tradiciones, esto forma parte de las nuestras.
- Aaaaah. Pero qué tiene de divertido el someter a un animal a ésta tortura?
- Es algo cultural, hay gente a la que le gusta y se lo pasa bien haciendo esto.
- En tu cultura se le da éste tratamiento a todos los animales? Cómo podéis disfrutar de hacer sufrir a un animal de semejante forma?
- Esteeee, no. No a todos los animales. Bueno, antes tirábamos cabras vivas desde altas torres llamadas campanarios, y jinetes a caballo intentan descabezar gansos (creo) vivos que cuelgan atados por las patas de una cuerda, y soltamos un toro por las calles que es lanceado y dardeado durante horas, etc, pero desde hace pocos años ponemos los gansos ya muertos, y la cabra ahora es un artefacto pirotécnico, …
- Nos estás contando cosas muy extrañas.
- (Con tono cabreado) Por qué traes semejante cosa (la foto) aquí?
- Hey, en vuestra ceremonia sagrada Incwala, los guerreros mas jóvenes intentan matar un toro negro dándole puñetazos en la frente.
- Es cierto. Pero eso no significa que nos guste a todos. Y debe morir rápido, no se trata de disfrutar haciéndolo sufrir.
- Están muy locos, y además la mayoría de las veces simplemente lo degüellan.
- Porqué nos has traído semejante cosa (la foto)? Qué pretendes enseñarnos?
- Nada especial, sólo otro aspecto de mi cultura y tradiciones.
- Guárdala en tu bolsillo.

Creo que la consideración y respeto que pudieran tener algunos de mis amigos por mí personalmente, y por mi cultura y tradiciones en general, han bajado bastante.

Qué lleva a alguien a defender, querer, y disfrutar estas tradiciones. Lo mas bajuno, el producir sufrimiento, atroz en este caso, libremente, sin trabas, oficial y supongo que legalmente, con el jaleo de fondo del resto,y además disfrutar de ello. Descargar las propias frustraciones, incapacidades y cobardía de esa forma extremadamente violenta, y sentir placer y orgullo por ello.

Como dijo mi buen amigo Fer, “sallop”, “personajes que describen bien la cobardía humana”. Recomiendo encarecidamente la lectura de su escrito duendes en nuestras vidas; sabe mucho de esto.

Muy aleccionador también, para leer entre líneas, y para intentar poner algo positivo en toda esta basura, Cuando lleguen las lluvias. Disfruté mucho leyéndolo, gracias Morgen.

** No pongo la foto completa porque no me apetece que esté aquí, por respeto a quién no necesita verla, y muy especialmente por un profundo respeto a mi buen amigo y su escrito.

** En alguna parte leí que quizás fuera Mahatma Gandhi quien dijo que “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que sus animales son tratados”.

tomatina_260809** Prefiero dejar mi comentario sobre el escrito “dirección del mundo en manos españolas” (el confesionario) para mejor ocasión. De verdad. Sólo decir que no me gusta en manos de nadie.

La mirada, esos ojos, ya medio ciegos probablemente; el miedo, terror, pánico, rabia, ansias de sobrevivir y defenderse, lucha hasta el agotamiento, y al fin, vencido, cansancio, debilidad, locura, y abandono por el terrible sufrimiento.

Que rabia siento. Ni tan siquiera espero respuestas.

La jirafa llora.