lunes, 3 de enero de 2011

Hapoor.

El comentario de Lázaro en la entrada anterior me trae a la memoria una anécdota en la vida del legendario elefante Hapoor, que creo merece una entrada por sí sola.

Vivió a mediados del siglo pasado, y era un macho dominante al que de joven, un cazador hirió en la oreja izquierda; En el momento del disparo la superficie de la oreja estaba en línea con la trayectoria de la bala -el proyectil la recorrió desde el centro hasta el extremo-, causando un gran desgarro que dejó la mitad de la oreja dividida en dos. Este hecho marcó a Hapoor el resto de su vida; No olvidaría nunca que esos seres de dos patas pueden llegar a hacer mucho daño, incluso a distancia.
Hapoor se convirtió en el macho dominante de la manada por más de veinte años, y sus relaciones con los humanos fueron siempre problemáticas, haciendo huir en muchas ocasiones a rangers, trabajadores y visitantes del parque donde vivía.

De la historia de Hapoor quiero resaltar un hecho muy concreto, que creo se puede tomar como indicativo de muchas cosas, y es donde entra el comentario de Lázaro, sobre ciertas características (por ejemplo solidaridad?) que a veces nos atribuimos a nosotros mismos como peculiaridad única del género humano; En este caso, solidaridad como ayuda para la supervivencia al principio, y luego llevada hasta extremos inesperados…

En cierta ocasión, siendo ya Hapoor jefe de la manada, a una elefanta le salió un tumor cuyo tratamiento pasaba por la extirpación. Al ser la elefanta dardeada con anestésico, automáticamente, la manada entera liderada por Hapoor comenzó a correr, huyendo de los humanos.
El anestésico empezó a hacer su efecto, la elefanta se quedaba retrasada, y conforme las patas empezaron a flaquearle, Hapoor y otro miembro de la manada se pusieron uno a cada lado, sosteniendo a la elefanta enferma con sus cuerpos, ayudándola de esta forma a seguir huyendo con el resto de la manada de los humanos que les seguían de cerca.
Pero el anestésico acabó por hacer su efecto completamente; las patas de la elefanta, al fin, se doblaron, y cayó entre los cuerpos de Hapoor y su ayudante. Rangers y veterinarios les seguían de cerca, y Hapoor lo sabía. Después de varios intentos infructuosos de empujar intentando levantar el cuerpo inerte, Hapoor le clavó repetidamente sus colmillos; Cuando comprobó que estaba muerta, se alejó con el resto de la manada.

Al acercarse los rangers, se comprobó que de los varios colmillazos, tres desgarraban directamente el gran corazón de la elefanta enferma.

***

Y termino la historia de Hapoor.
Siguió éste liderando la manada durante más de veinte años, y siguió también dando sustos a humanos siempre que se le presentaba la oportunidad. Al fin, un elefante joven consiguió arrebatarle el puesto de líder, y como suele ocurrir en estos casos, Hapoor, ya en sus últimos años, se convirtió en un elefante solitario. A base de empujar y empujar encaramándose con sus patas delanteras, día tras día, con infinita paciencia, consiguió superar la llamada gran valla Armstrong, construida a base de raíles de tren profundamente clavados en el suelo, y unidos entre sí por sirgas de acero, para contener a los elefantes dentro de los límites del parque, que estaba rodeado de campos de naranjos (las naranjas les encantan a los elefantes); Que yo sepa, hasta hoy ningún otro elefante lo volvió a conseguir.
Debido a su odio por los humanos, se convirtió en un verdadero peligro para los habitantes de la zona y fue abatido a tiros.

***

La mirada, seria, algo triste; Quizás nos quede mucho por aprender.

23 comentarios:

Julián dijo...

Lo que se dice todo un rebelde este Hapoor. Ya dicen que los elefantes nunca olvidan y éste desde luego tenía bien claro quienes no eran sus amigos.

Lamentablemente, seguimos siendo los mayores depredadores, a veces por unos colmillos y a veces por puro capricho.

Este fin de semana les contaré el episodio a mis sobris, aunque con tu permiso le echaré algo de cuento inventándome alguna hazaña extra de Hapoor y le cambiaré el final dejándole morir en libertad, de puro viejo y por supuesto, rodeado de las hembras de la manada, que huyeron con él dejando al macho joven con tres palmos de trompa.
¡A poor ellas, Hapoor!

Sigue siendo un placer leer tus crónicas africanas.
Un abrazo paquidérmico

Julián dijo...

Se me olvidaba, ¡Feliz Año! Que Mvelinchanti te proteja.

Anónimo dijo...

El comportamiento de Hapoor es maravilloso y el de su ayudante,cuantos Hapoor no serian necesarios,Abrazos

Anónimo dijo...

El comportamiento de Hapoor y su ayudante dan mucho que pensar,serian necesasios muchos Hapoor verdad?

Lázaro dijo...

Hapoor es todo un héroe trágico. Aquella bala humana que le sesgó la oreja, marcó su destino y nunca le volvió la cara. Gracias a ello su especie subiría muchos enteros en la lucha por la supervivencia. Porque con los humanos de por medio, no se trata de adptación al entorno, sino de pura y simple supervivencia. Un abrazo y gracias por la historia. Te has puesto el listón alto comenzando así el año. Seguro que sabes mantenerlo.

leo dijo...

Al final, animales y humanos no somos tan diferentes. El rencor solo trae desastres.
Qué bien que has vuelto. Cuéntanos más cosas, anda.
Besotes.
Pd. ¿Cómo va ese tobillo?

La Rata Paleolítica dijo...

-- Julián, sólo que tus sobris te escuchen estas historias merece ya un aplauso, dado que muchos sobris de hoy en día te tirarían la historia a la cabeza, concentrados en sus gameboys; Así que chapeau por ti (por contarles) y por tus sobris (por escucharte).
Nunca me han gustado las pelis que acaban mal, que manía tu, con que se muera la chica guapa, etc... Así que, sin por supuesto necesitar permiso de nadie, me parece estupendo que Hapoor encuentre la paz en los corazones de tus sobris, viviendo largos años trotando por bosques y llanuras rodeado de sus chicas guapas ;o)
A ver si encuentro una compilación de animales variados para "sobris" que hice en su día y te la mando.
Feliz año también para ti Julián.
Abrazos.

-- Así es Lalita, ojalá hubiera más Hapoores por ahí, especialmente de los de dos patas llamados humanos ¿verdad? A poco que queramos observar, cuanto nos enseña la Naturaleza. Besos.

-- Lázaro, me ha encantado la idea de convertir a Hapoor en héroe trágico, la verdad es que pega, sí.
Ciertamente que el saber que historias así puedan interesar a alguien, animan a uno a seguir contando. Gracias Lázaro por tu visita y tus comentarios.
Un fuerte abrazo.

-- leo, pues tiene su gracia la cosa, que mientras tú me deseabas lo del buen pie (empezar el año con buen pie), yo me torcía el tobillo al comprobar de nuevo y con gran habilidad, eso sí, que las lianas son totalmente rompibles; Ni minutos de diferencia con tu comentario... Los hados me castigan por lo de la piscinaaaaaa..... ;o) Total que aquí ando con una silla de oficina remando arriba y abajo, juas.
Todo lo mejor para ti en el nuevo año (en el que, de una forma u otra, espero seguir disfrutando de tus escritos).
Besos.
Me ha gustado tu frase sobre el rencor leo; Creo que es de una gran sabiduría el dejarlo de lado; Otra cosa es que lo consigamos. En el caso de Hapoor, yo lo consideraría miedo, más que rencor. Hapoor no deja a su compañera en manos de los humanos, prefiere matarla, porque su experiencia particular le dice que de ellos, solo le va a venir sufrimiento y daño sin motivo. Hapoor se equivoca, pero es lo que otros humanos le enseñaron. Cuando ve que le es imposible ayudarla más y que no hay escapatoria para ella, opta por matarla; Tiene muuuuuucha tela.
Y mi tobillo aquí sigue, él contento y feliz supongo, yo más bien jodidillo, que ostento en este momento los tendones tobilleros más flaccidos de la sabana.
Naaadaaa, ganas de quejarme; En dos días (o tres) como nuevo.
Gracias por tu visita y sobre todo por tus ganas de escuchar.
Besos.

Unknown dijo...

La historia de Hapoor es conmovedora,da una muestra de verdadera solidaridad,tambien es cruda...abrazos.

isobel dijo...

ayyyyyyyyy feliz noche de reyes, en la que aún sabiéndolo... tiene algo que nos saca lo mejor de nosotros, besitos

La Rata Paleolítica dijo...

-- Lalita, La solidaridad llevada hasta ese extremo es sin duda un comportamiento difícil e inesperado. Muy crudo sí. Un abrazo.

-- Isa, Reina Maga, las sonrisas, y la ilusión, y el futuro, y la esperanza claro, te acompañan en tu trabajo de reina Maga, jejeeee.
A mí me sigue haciendo una ilusión terrible (si ya sé que ya voy teniendo unos añitooooossss), que tontería verdad?
Sonrisas para tí en la noche mágica.
Besos de Rey.
Mago.

RITMO RANCIO dijo...

Querido Jesús:
Feliz Año y Felices Reyes Magos.
Esperamos que te hayan regalado muchas cosas.
Muchas gracias por tu regalo, esta historia Hapooriana que es un cuento maravilloso, mejor que los de Dickens (toma ya).
En serio un lujo para compartir estos días y todos los días del año.

Un abrazo nuevo, renovado, de ilusión e ilusionante

La Rata Paleolítica dijo...

-- RR, aquí no existe el día de Reyes, pero me gusta contar las cabalgatas, la ilusión de críos y mayores, etc de aquellas tierras. Se parten de risa cuando les cuento que antes, si no había negros de verdad, al que le tocaba se tiznaba la cara con corcho quemado, así que todos llegábamos a casa "marcados".
Que sigamos disfrutando de vuestra música, buen humor y ocurrencias blogeras. Abrazos.

Cristina Sebastián dijo...

Que triste historia, Jesús, una vez más, los humanos creamos ira y rencor a nuestro alrededor, y el elefante, tan inteligente y sensible, no puede escapar a ellos, ya que es algo que no conoce en su entorno, y le puede llegar a afectar hasta el punto de destruirle.
Pobre Happor, espero que no tenga que repetirse esta historia... espero que esté ahora en un lugar mejor, comiendo naranjas :)
Una vez más, gracias por tus historias Jesús, son tan diferentes de lo que podemos escuchar en nuestro entorno, y los relatos de lugares lejanos son muy necesarios para que cada día recordemos que el mundo salvaje todavía existe, y que tenemos que cuidarlo, y hacer lo posible porque no desaparezca... sin los animales, y la naturaleza, los humanos no somos nadie, despareceríamos.
Me alegro mucho de volver a leerte Jesús, he pasado un tiempo fuera, y estoy encantada de encontrarme relato nuevo de nuestro amigo en África. Feliz año nuevo y un gran abrazo!!

Luis López dijo...

Tenemos mucho que aprender de los animales. Excelente narración, ya se te echaba en falta. Mucha suerte por aquellas lejanas tierras.

Anónimo dijo...

Estimado Jesús para mi ls culpables somos nosotros por andar con armas sabiendo con los animales son salvajes y libres, si muchas veces las palabras hieren y lastiman, como crees que estaba el elefante... un abrazo grandote para vos, dos preguntas, tenes facebook? y si hay alguna dirección para que te llegue correo normal?, saludos y abrazos

La Rata Paleolítica dijo...

-- Cristina, dices algo que resume muy bien una idea importante, y es el hecho de que llegamos a afectar tanto y de forma tan negativa a nuestro entorno,que acabamos por destruirlo, cuando de hecho vivimos de él; Resulta chocante cuando menos, por no ponerlo en otras palabras.
Yo desde luego tengo claro que sin la naturaleza no soy nada, y dejaría de "ser" muy pronto.
Afortunadamente como tú bien dices, todavía existe ese mundo salvaje, esa naturaleza, y me uno a ti con todas mis fuerzas para mantenerla y conservarla.
Gracias por tu visita viajera.
Besos.

-- Gracias Luis. No me canso de mirar la naturaleza, cuanto más la miro más me atrae, ciertamente.
Un abrazo.

-- Cris, me has impresionado con tu frase, y cuanta razón tienes en lo que dices. Procuremos usar las palabras para construir y ver la mejor forma de preservar esa naturaleza.
No tengo facebuk, no me llega para tanto interneteo, que aquí es muy caro y muy lento, aunque no me quejo, creo que es un gran lujo el vivir donde vivo y tener el privilegio de poder comunicarme con vosotros.
Si te parece bien, en mi perfil del blog puedes ver mi dirección de correo electrónico, mándame un mensaje y te contesto con mi dirección de correo normal Cris, creo que es la mejor forma.
Besos.

Mariano dijo...

En el articulo de arriba no pude comentar, así que lo hago en este... Que increíble todo lo que nos contas y vivís... sinceramente da una mínima esperanza de que todavía quedan personas en el mundo q quieren cambiar las cosas.....

saludos desde el otro lado del océano...

La Rata Paleolítica dijo...

-- Hola Mariano, bienvenido a esta bitácora.
Lo cierto es que cuando publiqué "El silencio..." quité la posibilidad de comentar porque no me sentía con ganas de revolver más el tema; Y quizás fue una gran tontería, porque algunos de los que suelen pasear por estas calles, al no poder dejar comentario, me han enviado mensajes a mi correo que la verdad he recibido con gusto, al igual que tu comentario; Así que lo dicho, te lo agradezco. Y desde luego que entre todos podemos cambiar un poquito las cosas, no me cabe duda.
Gracias por tu visita y un abrazo.

Morgenrot dijo...

Desgarrador y al mismo tiempo, encantador relato de un "animal " con valores de honradez y justicia hasta sus últimos extremos.

Me recuerda seriamente a ese personaje que estremece " Michael Kohlhaas " , de Von Kleist. Una vez que entras en su historia, nunca más saldrás de ella.

Un fuerte beso

Morgenrot dijo...

Sobre el post " El silencio del viento ", el sistema no me admite hacer comentarios. Si me lo permites y aun quedando sólo un silencio de profundo desconsuelo, voy a insertar aquí lo único que puedo decir:

NADA, y me quedo con ese ensordecedor silencio de este infierno que es el mundo.

Gracias Jesús, millones de gracias por todo lo que haces por los demás.

Mil besos

La Rata Paleolítica dijo...

-- Morgen, había oído hablar alguna vez muy por encima de la historia que mencionas, así que tu comentario me ha servido para enterarme un poco más a fondo; En efecto, el paralelismo es total, me he quedado impresionado. Que triste también que Hans Kohlhase acabara muriendo en la rueda, en su frenética lucha por obtener justicia. ¿No se puede ser honrado en este mundo? Intentaré conseguir la novela de Kleist cuando vuelva por allí.

Al publicar "El silencio..." por alguna razón no me sentí con ganas ni ánimos de permitir comentarios. Algunos que por aquí paseáis habéis sido tan amables de enviarme unas líneas bien sea en otro post (como es tu caso) o vía correo electrónico, y ciertamente que lo he agradecido, como te agradezco ahora tu comentario que me hace sentir tu solidaridad y cariño, que no es poco.
No pienses que hago nada de especial, porque realmente no es así.
Besos también para ti.

Anónimo dijo...

Hola Jesus:
primero te dejo mi email: maria_cristinamoreno@hotmail.com, me conmovio mucho el post de zanele a veces encontrar un culpable se vuelve tan tedioso que parece nunca encontrar justicia, lo digo yo que hasta el asesino de mi sobrino no esta en la carcel, espero de corazón te sientas mejor y recuerda que ella es un angel que te sigue sonriendo con el sol, abrazos para ti

La Rata Paleolítica dijo...

-- Hola Cris.
Las injusticias de este tipo, como tú dices, son especialmente difíciles de digerir.
Ahora y gracias a tus palabras, cada vez que vea el Sol veré también la sonrisa de mi amiga, que de alguna forma sigue entre nosotros mientras alguien la tenga en su memoria.

Gracias por tus palabras de apoyo y ánimo.
Besos.